Autor de sombras que revelan, palabras que inquietan, y ciencia que no olvida al alma.
Escribo para no olvidar lo que el silencio sabe
Información sobre mi escritura
Descubre las inspiraciones, temas y experiencias que dan forma a mi trabajo como escritor. Explora mi proceso creativo y las influencias que me han convertido en el autor que soy.

Inspiración y estilo
Me inspira la intersección entre lo que puedo observar y lo que no puedo explicar. Como neurólogo, aprendo cada día a leer signos minúsculos en las personas; como escritor, busco lo que esos signos callan. Mi estilo nace de esa tensión: precisión en el detalle, atmósferas que invitan a detenerse y una dosificación calculada de lo que se revela y lo que se omite. Escribo para que el lector avance con la certeza de que cada palabra importa y, aun así, sienta que siempre hay algo más, justo fuera de su alcance.

Temas y géneros
Me muevo entre el thriller psicológico, la ciencia ficción con anclaje realista y la narrativa híbrida. El thriller me permite explorar la mente humana bajo presión; la ciencia ficción, proyectar preguntas éticas y científicas desde lo verosímil; y la narrativa híbrida, adentrarme en la memoria, la identidad y el lenguaje con una prosa más introspectiva. En cualquiera de estos territorios, busco que la tensión narrativa y la profundidad emocional convivan, y que cada historia conserve el pulso de lo real, incluso cuando se asoma a lo desconocido.

Experiencia del lector
Quiero que cada lectura sea una experiencia que permanezca más allá de la última página. Mis obras están pensadas para sumergir al lector en un mundo narrativo donde la tensión y la emoción conviven con la reflexión. Busco que la historia atrape, que el ritmo no se detenga, pero que cada escena deje un eco de significado, una pregunta o una imagen que lo acompañe mucho después de cerrar el libro.

Influencias literarias
Mi escritura bebe de diversas fuentes, pero las he hecho mías hasta que dejan de ser influencia y se convierten en voz propia. Del suspense preciso de Patricia Highsmith y Pierre Lemaitre aprendí a sostener la tensión sin mostrar todas las cartas; de Kazuo Ishiguro, el poder de lo no dicho y la memoria fragmentada; de Rulfo y Cortázar, la densidad simbólica y la precisión de la palabra; de Edgar Allan Poe, la intensidad atmosférica y la capacidad de convertir lo inquietante en una experiencia estética. Y de Oliver Sacks, la certeza de que la ciencia también puede ser relato. Todo ello se entrelaza con mi mirada clínica y filosófica, dando lugar a historias que no podrían escribirse desde ningún otro lugar que no fuera el mío.